lunes, 16 de junio de 2014

Epílogo sin ti. (Metáfora de un reencuentro olvidado) [K]

 

No, no era una promesa. Los deseos en común no necesitan estar sujetos a un juramento. Ambos queríamos verlo vuelto una realidad y ese mismo impulso terminaría por cumplirlo. Deseos en común, propuestas avivadas por sensaciones vulnerables al cambio y al olvido. No era una promesa, era más bien una manera de creer que lo que habíamos vivido podía y debía repetirse.

Epílogo sin ti. Una metáfora para la versión real de la historia después de la historia. Un año después el repetir aquello es probablemente la idea más irreal de todas. La chica se fue, la chica olvidó, los vestigios de esos encuentros solo pueden ser encontrados en forma de cartas y regalos en una esquina de la habitación. De las propuestas no quedan nada y de esa emoción del primer encuentro ya solo resta recuerdos de abrazos y besos.

Conozco el camino que me conduce hasta ella. Podría encontrarla y jurar que es la misma mujer que abracé por primera vez en un día como este. Podría jurarlo pero estaría totalmente equivocado. Esa eras tú, una versión de ti que esperaba y añoraba el estar juntos aquel día. La mujer que me recibió con el abrazo más cálido de todos y me besaba sabiendo que lo nuestro no ocurría a diario.

Esa eras tú, la chica que me quería y la que quisiera reencontrar hoy.

No culpo a la chica por conocer perfectamente lo que quiere y lo que no. 

Un año después, a mil kilómetros de donde ocurrió. Te recuerdo, a ti y a mi, creyendo extender lo nuestro a través de meses y años. Deseos vulnerables a la distancia y al olvido. Deseos desechados, se volvió cansado (o quizás aburrido).

No conozco quien eres hoy. Te conozco hasta el día en que dijimos "adiós" sin palabras. Se que probablemente no me recuerdas o me extrañas. Que quizás por mi ya nunca te preguntas. Pero ¿sabes?...

Tú te sigues viendo bien. Te vez mejor que nunca...

Por: Miguel


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